jueves, 13 de noviembre de 2014

El estado del bienestar: el gran olvidado en la historia contemporánea universal


Infravalorado por la democracia cristiana, catalogado como instrumento regresivo por los partidos comunistas, e injustamente adscrito a la socialdemocracia europea. Como podemos colegir son profundamente heterogéneas las ideas que gravitan en torno al sempiterno Estado del Bienestar, pero, realmente sabemos que subyace a tan aludido término, sabemos cuándo apareció o simplemente sabríamos definirlo. El hecho de estar familiarizado con un determinado concepto no es óbice para tener una idea acertada sobre lo que representa. De hecho, el estado del bienestar no aparece en ninguna programación didáctica, aun cuando resulta un tema insoslayable para conocer los últimos 50 años de la historia contemporánea. Es por ello que he decidido dedicar mi primera entrada a presentar unas breves pinceladas acerca del estado social.
Desde la revolución francesa hasta el final de la segunda guerra mundial, la historia de Europa queda situada a caballo entre guerras y posguerras. La destrucción, la miseria, la pérdida de vidas humanas convirtieron a la cuna de la civilización en un continente que durante ciento cincuenta años fue incapaz de disfrutar de una década de paz; sin embargo, al finalizar la segunda contienda mundial el panorama cambió de sobremanera. La guerra desapareció.  La pregunta, por tanto, se hace ineludible: ¿Qué ocurrió a partir de 1945? Los distintos gobiernos que alcanzaron el poder, infirieron que el estado debía asumir una serie de responsabilidades para con sus ciudadanos para evitar que los fantasmas del pasado rebrotaran. Aquí podemos situar los orígenes del estado del bienestar que descansa sobre 4 pilares: educación, sanidad, pensiones y prestaciones por desempleo.
Prestaciones por desempleo. Uno de los principales colectivo entre los que arraigaron las ideas totalitarias de la europea de entreguerras fueron los parados. Para evitar que se repitieran situaciones análogas, los estados europeos decidieron sostener con fondos públicos estos colectivos.
Pensiones. No se trata de enaltecer la figura de los asalariados en esta entrada, no obstante, huelga señalar que sus salarios eran ínfimos, por lo que resultaba del todo imposible que pudieran ahorrar cantidades que les permitieran disfrutar de una vejez tranquila. Las pensiones públicas respondían y responde a este fin.
La educación y la sanidad terminan por completar este concepto tan abstracto que convenimos en llamar el EB. La educación y la sanidad se universalizaron después  de 1945, respondiendo a dos reivindicaciones perpetuas: el derecho a la educación y a la sanidad para todos.


En síntesis, los EB nacieron para dotar de cohesión social a la vieja Europa, logrando con creces sus objetivos y sentando las bases de la etapa más prospera de nuestro continente.

Mi intención era doble: por un lado, quería destacar el error que a mi juicio supone la no incorporación de este tema en las programaciones didácticas, y por otro, explicar sucintamente el porqué del estado del bienestar y su finalidad.

Para saciar la curiosidad de aquellos a los que mi entrada les haya suscitado cierto interés remito a la obra cumbre de Tony Judt: POSTGUERRA: una historia de Europa desde 1945.

Para los cinéfilos y al hilo de lo expuesto, podéis ver el documental de unos de los mejores cineastas británicos. El Espíritu del 45.

Israel Blázquez. 

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