jueves, 13 de noviembre de 2014

GEOGRAFÍA Y ARQUITECTURA CON PELOTAS


El equipo de fútbol genera una identificación de los habitantes con su ciudad o su barrio por lo que el estadio tiene a ocupar un lugar importante en el urbanismo de la zona, centro económico o de trabajo para muchas personas del barrio, lugar de socialización, etc. A veces, mantener esta integración del estadio en el urbanismo de la zona resulta complicado dando lugar a diversos ejemplos de soluciones arquitectónicas y de desarrollo urbano. 

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El antiguo campo de highbury se integraba
al máximo con las viviendas de su entorno
El fútbol es sin duda una cuestión global, un deporte de masas que llega a todos los rincones del mundo, efectivamente, "a todos los lugares del mundo" por muy raros que parezcan. Pero esta globalización futbolística en no pocas ocasiones hace quebrarse el casco a los arquitectos con resultados sorprendentes pero que nos demuestran múltiples formas de integración arquitectónica de los estadios con el medio. 

Hasta tal punto llegaba la integración del estadio con el entorno que una vez acabado su uso como campo de fútbol, las viviendas han acabado por invadir lo que quedaba del estadio como un ejemplo de reciclaje arquitectónico a gran escala. 


Otro de los grandes problemas de los estadios de fútbol es el gran desarrollo de la masa de seguidores de muchos equipos por lo que sus antiguos campos han tenido que sustituirse por grandes estadios aunque no siempre quede hueco en la ciudad para la construcción de sus monumentales gradas. ¿Pero quien dijo que las ciudad costera termina en la orilla del mar? 

Este estadio en Singapur con capacidad para 30000 espectadores solucionó así la falta de espacio que es habitual en las ciudad asiáticas donde la densidad de población es muy elevada. 







En otras ocasiones nos encontramos con que el problema no es la geografía urbana sino física. Esta claro que el fútbol se ha extendido tanto que incluso ha llegado a los lugares más inhóspitos de la tierra, curiosamente uno de estos lugares se ve afectado por otro condicionante geográfico, la existencia de recursos energéticos, petro-dolares como para albergar el mundial de fútbol del próximo 2022. Las habituales tormentas de arena propias del clima Árido-Desértico de la península arábiga no han impedido que el Emirato de Qatar financie un ingenioso proyecto arquitectónico para salvar estas dificultades en el Rock Stadium.  


César García Rodríguez

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