domingo, 28 de diciembre de 2014

Microhistoria en el aula


Buenas a todos, aunque hoy sea el día de los santos inocentes, lo que voy a decir aquí no es coña. 

He estado estos días haciendo unos trabajillos (qué novedad) y leyendo un  capítulo del libro de P. Miralles y otros llamado "Del libro al aula: historiografía y contenidos escolares" (pp.78-99), de estos que ha subido Ángela a Moodle. Ya era fan de la microhistoria en la carrera (historia local, historia oral, etc.) y he advertido de que puede ser muy útil en el aula. Esta corriente historiográfica, iniciada por Carlo Ginzburg en El queso y los gusanos, se basa en el estudio de un hecho o un personaje que la historiografía tradicional suele pasar por alto que, de manera transversal, pretende ilustrar sobre un período histórico. No se trata de estudiar pormenorizadamente la vida, por ejemplo, de Menocchio, un procesado por la Inquisición de quien se nos han conservado las actas en las que Carlo Ginzburg se basó para escribir su libro. 

Uno de los ejemplos que podría poner podría ser Calladas Rebeldías. Efemérides del Tío Cigüeño (Las Tres Sorores. Zaragoza, 1998). En éste, el autor, Carmelo Romero, hace un retrato de las características más importantes de la España de la Restauración a través de la historia de El Cigüeño, un habitante de Valdepozal (Soria): el turnismo, los problemas que la Guerra de Cuba acarreaba para aquellos quienes no podían pagar los 6000 reales que costaba evitar el paso por el Ejército. Los problemas de subsistencia en los momentos en los que el clima no acompañaba al campo; la corta esperanza de vida -y también historia de las mujeres: el peligro que corrían en un parto- y la existencia de las clases dominantes (eclesiástica y aristocrática) que son quienes deciden todo a nivel local y provincial. Como no podía ser de otra forma, también aparecen elementos de la cultura popular: las tabernas, las verbenas, la mendicidad; e incluso también los conocidos "paseos" de la Guerra Civil, momento en el que la historia acaba.
Por otra parte también aparece la figura del indiano, que es importante para comprender la emigración de los españoles a América a finales del siglo XIX. Normalmente aquellos que emigraban eran engañados por las autoridades que les ofrecían un contrato de trabajo, pero que acababan siendo engañados. Si un emigrante prosperaba, volvía a España y se establecía en su localidad natal, pero había cambiado sus costumbres, sus gustos y sus formas de hablar. Estos eran los indianos, una figura que solía dedicar sus ganancias a invertirlas en escuelas y otro tipo de instituciones útiles para sus localidades. 
En definitiva, es una herramienta que nos ayuda, junto con trabajos de historia familiar, historia local o historia oral para que los alumnos usen la metodología y las técnicas del historiador para investigar, y desarrollen sus capacidades críticas, sus habilidades de lectura comprensiva y, al empatizar con los personajes que aparecen en su historia, también pueden aproximarse de forma fidedigna a un hecho histórico tan complicado como es este, facilitando su comprensión y aprehensión. 


Sin más, abrazosssssssssssss navideñosssssssssssssss.

David Capuchino Santos.

4 comentarios:

  1. O sea, que a las batallitas se le llama microhistoria, y yo con estos pelossssssssssss

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    1. Exacto, Agustín. Está claro que sólo se puede mirar desde una perspectiva crítica, pero viene bien tener en cuenta los testimonios de "la cultura popular" que tú tanto nos mencionas.

      David Capuchino.

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  2. Queda más fino eso de microhistoria jajaja.
    Desirée GR

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  3. Yo siempre me voy a acordar de una novela histórica preciosa: "Nada" de Carmen Laforet. A partir de la vida de una muchacha en Barcelona, relata muy bien la historia de posguerra.
    Sandra B.

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