El pretexto para ver un contexto

Hola “corasones”. El otro día estuve paseando por Madrid haciendo tiempo para los menesteres que requerían mi tiempo, por lo que durante unos minutos ociosos de los que disfruté, recordé al ver tantas calles con nombres de personalidades destacadas de la Edad Moderna, esas clases de Historia en el instituto de las cuales, no queda a penas en mi memoria poso alguno a cerca de Historia Moderna, como acertadamente nos demostró algún profesor en la universidad, lo que me hizo pensar a cerca de cómo hacer más llevadera esta época de nuestra historia además del hecho de ver o no la tan de moda serie “Isabel”.

Y es que el estudio de la Historia Moderna puede ser algo ardua en ocasiones para los alumnos de secundaria, por lo que creo que puede ser interesante utilizar pretextos para ubicarles en el contexto o amenizarles la velada con un vídeo musical introductorio para captar su atención, tal y cómo Agustín nos aseguró en clase y como propone en el blog de sus alumnos.

Uno de los pretextos que quiero utilizar se llama Diego García de Paredes, apodado “el Sansón de Extremadura” –que no es primo ni de Don Quijote ni de El Tío la Vara-, cuya figura puede ser ubicada (porque lo estuvo) en la lucha de la Monarquía Hispánica contra el Imperio Turco, tomando como referente el asedio a Cefalonia en el que participó, donde fue hecho prisionero y posteriormente escapó por sus propios medios. Del mismo modo para las guerras de Italia al servicio del Gran Capitán, donde dejó fuera de combate a 20 italianos en una trifulca callejera o derrotó a 500 franceses defendiendo un puente clave él solito. También en referencia a las intrigas y rencillas entre los estados de la fragmentada Italia, al situarse al servicio del Papa Alejandro VI.

Por otro lado se puede amenizar algo más la velada, pasando de lo estrictamente épico hasta lo epicísimo (+10) con claros tintes cómicos, de los que por ejemplo citaré un pasaje ya dentro del mito de éste personaje, cuando se dirigió a conquistar a una dama, para lo cual, acercarse a ésta era imposible al estar separados por el enrejado de una ventana. Así, ni corto ni perezoso, la arrancó de cuajo. Y para que la muchacha no se viera puesta en entredicho por las gentes del lugar, Diego arrancó los enrejados de todas las casas de la calle. Este hombre tenía en gran estima a su familia, por lo que viendo a su madre embarcar hacia la última travesía de la vida y queriendo ésta santiguarse con agua bendita, Diego fue a la Iglesia  de Trujillo a por la pila con agua bendita para arrancarla de la pared y llevársela a su madre. 

No obstante, estos datos hay que tratarlos como lo que son, la leyenda de Diego García de Paredes.

Por otro lado, podemos hacer referencia a un gran marino de origen vasco bastante más conocido y que el otro día pude ver su estatua en la Plaza de Colón de Madrid: se trata de Blas de Lezo, que ya en la era borbónica (pulse aquí para volver a amenizar) consiguió endosar a la pérfida Albión una de sus peores derrotas de la Historia con un gran ejército y armada frente a la exigua guarnición española en Cartagena de Indias (Colombia). La vida de éste marino –bastante extensa como para prodigarla por aquí- puede usarse como pretexto para explicar aspectos sobre la América colonial española en el s. XVIII, la piratería (ver Guerra de la Oreja de Jenkins) en América y el Mediterráneo o las relaciones anglo-españolas durante éste periodo.

Para no alargar más el texto, dejaré una pequeña narración sobre la batalla de Cartagena de Indias, de visualización optativa debido a su extensión (con la voz de doblaje de Bruce Willis).

Alberto Redondo Muñoz.