El maestro no para de decir a los
niños: “¡Prestadme atención! ¡Estad atentos!”. Los niños prestan atención, pero
su atención se centra en otra cosa. Hay un pájara cantando a todo volumen junto
al edificio del colegio, y el niño está atento al pájaro. No se puede decir que
no esté atento, que no sea meditativo, que no esté profundamente
concentrado…¡Claro que sí! Aún más: se ha olvidado por completo del maestro y
del problema de aritmética que este escribe en la pizarra. El niño está
totalmente ajeno a eso, completamente poseído por el pájaro y el canto. Pero el
maestro le dice: “¡Presta atención! ¿Qué haces? ¡No te distraigas!....En
realidad, es el maestro quién está distrayendo al niño. El niño presta atención
de una forma natural. Es feliz escuchando el canto del pájaro. El maestro lo
distrae, le dice: “No estás prestando atención”, y eso es mentira. El niño está prestando atención. Si
el pájaro lo atrae más, ¿qué puede hacer? El maestro no lo atraía tanto, la aritmétrica
no tenía tanto encanto.
Efectivamente, los docentes
entramos en las aulas con la ilusión de enseñar un conjunto de conocimientos
que hemos estudiado a lo largo de nuestra formación universitaria. Pero no
somos conscientes de que nos encontramos ante adolescentes, jóvenes, que tienen
otras inquietudes e intereses. Muchos de ellos incluso no entienden la cultura
que se les propone como valiosa. Además, entre ellos fluye una gran información
sobre diferentes lugares del mundo y ya no existen fronteras nacionales, sino
posibilidades de comunicarse o informarse de los hechos en la red. Por otra parte,
se debe tener en cuenta que para algunos
alumnos el sistema escolar es una obligación rutinaria y tediosa, mientras que
otros aspiran únicamente a aprobar para seguir estudiando.
Ante tal situación, ¿qué has aprendido en el Máster?
Mi profesor Agustín Ciudad nos enseñó a LLAMAR SU ATENCIÓN. Y te preguntarás, ¿cómo lo hago? Utilizando otros recursos, otra metodología y
no abusar del obsoleto libro de texto. Es decir, vídeos y presentaciones
animadas, trabajos y excursiones atípicas, contenidos que vayan más allá de los
curriculares (¡cultura popular!)…Y todo ello con un fin didáctico y cierto sentido
del humor, dejando a un lado el formalismo y la seriedad del trabajo en la
Universidad.
De hecho, si nos preocupamos por
conocer a nuestros alumno (la psicología adolescente), entenderemos mejor su forma de razonar, de actuar, o de pensar.
Igualmente, el interés del alumno de esta edad por unos temas respecto a
otros, nos orienta a seleccionar contenidos, secuenciar, temporalizar y
programar actividades.
Y, aparte de las
lecciones de Agustín, ¿qué más has aprendido?
-En el primer módulo me enseñaron a entender cómo se produce
el conocimiento y cómo se transforma (psicología). Además, nos mostraron la gran cantidad
de prejuicios y errores en los que solemos caer (sociología). En el segundo módulo,
fundamentalmente, aprendimos a aplicar el Decreto 69/2007 y el Decreto 85/2008
en una programación...
¿Qué cambiarias del
Máster?
-Los poco productivos exámenes tipo test o de completar.
Para poder evaluar en un Máster de Formación del Profesorado no creo que sea el mejor método.
¿Qué es lo que más has valorado?
-Las salidas de Enrique Herrera y Agustín Ciudad. Ambas muy
diferentes, pero ambas necesarias. Ellos
me dejaron claro que no todo se puede
aprender dentro del aula.
¡Hasta pronto profes! :)
Sandra Bello
¡Esa Sandra como mola, se merece una ola!
ResponderEliminarTe has ahorrado críticas y me habría gustado escucharlas, aunque es un alivio no escuchar la palabra "blog". Pero, desde luego, has captado con precisión mis intenciones en el módulo, que van más allá de lo tecnológico. Qué suerte van a tener tus alumnos.