“Ehhhhh”,
“Yuju”, “hola que tal”, acercaros a leer estas últimas líneas, con las que me
despido del blog, valorando este master.
Estos
meses me ha recordado a ese alumno de universidad que
el primer día solía decir “este año voy a llevarlo todo al día”, “estaré todas
las tardes en la biblioteca”. Ese ímpetu nos duraba tres semanas, a los sumo
cuatro, justo la misma duración que ha tenido el módulo genérico, que a pesar de sus
incongruencias, fue útil, aprendimos la necesidad de evaluar de forma continua,
no solo calificando a través de los exámenes, que la educación no deja de ser un proceso emocional,
especialmente cuando tratamos con adolescentes y que si bien hay que ser
accesibles al alumnado y mostrarse cercano, nunca debemos confundir los roles
dentro del aula. “Debemos dejar de ser un amigo que a veces educa, para ser un
educador que a veces es amigo”.
Pero
como cualquier alumno de universidad, a los treinta días, el master se desinfló.
Comenzaba entonces un largo ascenso hacia el Gólgota, salpicado de trabajos, prácticas,
lecturas, asistencia obligatoria a clase, a sabiendas de que este año se convocarán
oposiciones. Si este master solamente nos faculta para opositar, o en el mejor
de los casos, acceder a la educación dentro del ámbito privado o concertado, de
veras era necesario tanto trabajo, en tan escaso margen de tiempo y en un año tan crucial como éste. No diré
que este módulo ha sido inútil, porque tampoco lo creo así, me llevo ciertas
ideas, interesantes para poner en marcha con el alumnado: acercarlo a temas
complicados de forma amena y lúdica, como puede ser el cómic, la
importancia de las salidas de campo tanto en geografía como en historia y en arte, la
necesidad de proteger a los alumno de las imágenes, pues hasta los 16
años suelen vincular la belleza con la calidad. Claro que me llevo ideas y
estoy deseando implementarlas en clase, con mis chavales, pero me gustaría
subrayar, que si hubiéramos recibido clases más teóricas, vinculadas a la
metodología con la que impartir las
clases, en detrimento de tanto trabajo y tanta exposición, la valoración
general de mis compañeros y mía supongo que sería mejor; no obstante, a partir del jueves, dispondremos de cuatro
meses para aprender, esta vez desde la práctica, como impartir nuestras clases.
Cuídense
mucho.
Israel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario