miércoles, 21 de enero de 2015

Valoración y despedida

“Ehhhhh”, “Yuju”, “hola que tal”, acercaros a leer estas últimas líneas, con las que me despido del blog,  valorando este master.
Estos meses  me  ha recordado a ese alumno de universidad que el primer día solía decir “este año voy a llevarlo todo al día”, “estaré todas las tardes en la biblioteca”. Ese ímpetu nos duraba tres semanas, a los sumo cuatro, justo la misma duración que ha tenido el  módulo genérico, que a pesar de sus incongruencias, fue útil, aprendimos la necesidad de evaluar de forma continua, no solo calificando a través de los exámenes, que la educación  no deja de ser un proceso emocional, especialmente cuando tratamos con adolescentes y que si bien hay que ser accesibles al alumnado y mostrarse cercano, nunca debemos confundir los roles dentro del aula. “Debemos dejar de ser un amigo que a veces educa, para ser un educador que a veces es amigo”.
Pero como cualquier alumno de universidad, a los treinta días, el master se desinfló. Comenzaba entonces un largo ascenso hacia el Gólgota, salpicado de trabajos, prácticas, lecturas, asistencia obligatoria a clase, a sabiendas de que este año se convocarán oposiciones. Si este master solamente nos faculta para opositar, o en el mejor de los casos, acceder a la educación dentro del ámbito privado o concertado, de veras era necesario tanto trabajo, en tan escaso margen de tiempo y  en un año tan crucial como éste.  No diré que este módulo ha sido inútil, porque tampoco lo creo así, me llevo ciertas ideas, interesantes para poner en marcha con el alumnado: acercarlo a temas complicados de forma amena y lúdica, como puede ser el cómic, la importancia de las salidas de campo tanto en geografía como en historia y en arte, la necesidad de proteger a los alumno de las imágenes, pues hasta los 16 años suelen vincular la belleza con la calidad. Claro que me llevo ideas y estoy deseando implementarlas en clase, con mis chavales, pero me gustaría subrayar, que si hubiéramos recibido clases más teóricas, vinculadas a la metodología con  la que impartir las clases, en detrimento de tanto trabajo y tanta exposición, la valoración general de mis compañeros y mía supongo que sería mejor; no obstante,  a partir del jueves, dispondremos de cuatro meses para aprender, esta vez desde la práctica, como impartir nuestras clases.

Cuídense mucho. 

Israel. 

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